Alguien acuñó la frase “la puerta giratoria”, queriendo representar groseramente que los imputados entran al tribunal y salen inmediatamente. Muchos simplemente la repiten sin pensar. Los noticiarios centrales de la TV dedican parte importante a hechos delictuosos, algunos tienen un par de personas a diario comentando y otros exponiendo desde el lugar donde habrían ocurrido, dedicando escaso tiempo a otras realidades más positivas del quehacer nacional, como la cultura, la ciencia y la tecnología, la religión, las actividades de beneficencia, el deporte en sus aspectos loables, y otras tantas, que tal vez no otorguen mucho rating, pero que si son mucho más importantes y enriquecedoras para el ser humano.
La sensación de impunidad aumenta, y se busca las soluciones fáciles, simplistas, primitivas y populistas de elevar las penas, rebajar la edad para ser responsable penalmente, crear nuevos delitos, atiborrando las cárceles del país, al punto que varias de éstas se encuentran casi ya a reventar, con seres humanos durmiendo en los baños y a la intemperie. Algunos hasta comentan que detrás de esto hay gente interesada en asegurar más clientes para futuras cárceles privadas.
Muchos no se imaginan cuántas personas hoy por hoy, deben compartir estrechos cuartos y hasta colchones dentro de los penales de Chile. Sin ir muy lejos, la capacidad del penal local está absolutamente sobrepasada.
Las informaciones serias, Universidad Diego Portales y otras, nos dicen que somos lejos el país de Latinoamérica con más presos per cápita. Sí, créanlo, superamos a Brasil y todos los demás. A nivel mundial somos el segundo país del mundo con más presos en proporción al número de habitantes. Según lo dice el estudio citado, la tasa de crecimiento de reclusos en el periodo 1995-2003 fue de 54%. La población carcelaria ha ido aumentando, y así sucedió el año 2004 con un considerable porcentaje, y el problema tiende a agudizarse, con los conocidos problemas de hacinamiento, ausencia de recuperación social de los internos, además de los abusos denunciados públicamente en la prensa por estos días, mencionándose torturas, corrupción y otros, que pondrían a nuestro país ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington. La situación no es peor aún por la valentía de muchos jueces que procuran aplicar la ley con humanidad.
¿Donde está la puerta giratoria?.
Resulta urgente que se estudie y ataque las causas del delito, que se analice seriamente porqué la gente delinque, especialmente los jóvenes de origen humilde. Ver cuanta culpa tiene el sistema imperante, qué correcciones es necesario aplicar para mejorarlo, qué actividades se deben incentivar. Qué propaganda se debe evitar, cuales mensajes son erróneos, etc.
A la gente pobre, que sufre la potestad punitiva, que es castigada, y después estigmatiza (ahora algunos hasta les quieren poner marcas como si fuesen animales), son los mismos que dentro de sus carencias, se ven enfrentados a la escasez de oportunidades y todo tipo de privaciones, los mismos a quienes pese tener apenas para comer, la sociedad cruelmente les dice consume, consume, y consume, a quienes un despiadado reclame les dice “eres lo que tomas” mientras aparece una persona que para aparentar, cambia desde un tacho de basura ajena dos botellas de bebidas alcohólicas supuestamente de mejor calidad y más alto precio, los mismos jóvenes a quienes se les sugiere adquirir zapatillas de determinadas marcas, a quienes se les entrega el mensaje de “vales por lo que tienes”, a quienes se les exhibe los ídolos deportivos haciendo hincapié en cuanto dinero va a ganar dejando en segundo plano lo que es verdaderamente valioso en lo deportivo y realización personal del jugador. Los mismos que reciben como noticia importante cuanto va a ganar ahora el Jugador Pizarro o el jugador Salas. Son los mismos, que ven que hurtar 200 pesos es un delito, y al mismo tiempo ven que otros cambian las etiquetas de vencimiento de los alimentos defraudando y poniendo en riesgo la salud de los clientes, o que cobran intereses sobre lo permitido pero ello no se persigue como delito.
En fin, estimados amigos, se hace necesario estudiar seriamente el problema del delito, y buscar soluciones inteligentes y ponderadas, que no produzcan resultados peores al organismo social, que vayan más allá del simple crear más y más delitos, y meter más y más personas a las cárceles ya saturadas.
JULIO CÉSAR MORALES NEYRA
A B O G A D O
La sensación de impunidad aumenta, y se busca las soluciones fáciles, simplistas, primitivas y populistas de elevar las penas, rebajar la edad para ser responsable penalmente, crear nuevos delitos, atiborrando las cárceles del país, al punto que varias de éstas se encuentran casi ya a reventar, con seres humanos durmiendo en los baños y a la intemperie. Algunos hasta comentan que detrás de esto hay gente interesada en asegurar más clientes para futuras cárceles privadas.
Muchos no se imaginan cuántas personas hoy por hoy, deben compartir estrechos cuartos y hasta colchones dentro de los penales de Chile. Sin ir muy lejos, la capacidad del penal local está absolutamente sobrepasada.
Las informaciones serias, Universidad Diego Portales y otras, nos dicen que somos lejos el país de Latinoamérica con más presos per cápita. Sí, créanlo, superamos a Brasil y todos los demás. A nivel mundial somos el segundo país del mundo con más presos en proporción al número de habitantes. Según lo dice el estudio citado, la tasa de crecimiento de reclusos en el periodo 1995-2003 fue de 54%. La población carcelaria ha ido aumentando, y así sucedió el año 2004 con un considerable porcentaje, y el problema tiende a agudizarse, con los conocidos problemas de hacinamiento, ausencia de recuperación social de los internos, además de los abusos denunciados públicamente en la prensa por estos días, mencionándose torturas, corrupción y otros, que pondrían a nuestro país ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington. La situación no es peor aún por la valentía de muchos jueces que procuran aplicar la ley con humanidad.
¿Donde está la puerta giratoria?.
Resulta urgente que se estudie y ataque las causas del delito, que se analice seriamente porqué la gente delinque, especialmente los jóvenes de origen humilde. Ver cuanta culpa tiene el sistema imperante, qué correcciones es necesario aplicar para mejorarlo, qué actividades se deben incentivar. Qué propaganda se debe evitar, cuales mensajes son erróneos, etc.
A la gente pobre, que sufre la potestad punitiva, que es castigada, y después estigmatiza (ahora algunos hasta les quieren poner marcas como si fuesen animales), son los mismos que dentro de sus carencias, se ven enfrentados a la escasez de oportunidades y todo tipo de privaciones, los mismos a quienes pese tener apenas para comer, la sociedad cruelmente les dice consume, consume, y consume, a quienes un despiadado reclame les dice “eres lo que tomas” mientras aparece una persona que para aparentar, cambia desde un tacho de basura ajena dos botellas de bebidas alcohólicas supuestamente de mejor calidad y más alto precio, los mismos jóvenes a quienes se les sugiere adquirir zapatillas de determinadas marcas, a quienes se les entrega el mensaje de “vales por lo que tienes”, a quienes se les exhibe los ídolos deportivos haciendo hincapié en cuanto dinero va a ganar dejando en segundo plano lo que es verdaderamente valioso en lo deportivo y realización personal del jugador. Los mismos que reciben como noticia importante cuanto va a ganar ahora el Jugador Pizarro o el jugador Salas. Son los mismos, que ven que hurtar 200 pesos es un delito, y al mismo tiempo ven que otros cambian las etiquetas de vencimiento de los alimentos defraudando y poniendo en riesgo la salud de los clientes, o que cobran intereses sobre lo permitido pero ello no se persigue como delito.
En fin, estimados amigos, se hace necesario estudiar seriamente el problema del delito, y buscar soluciones inteligentes y ponderadas, que no produzcan resultados peores al organismo social, que vayan más allá del simple crear más y más delitos, y meter más y más personas a las cárceles ya saturadas.
JULIO CÉSAR MORALES NEYRA
A B O G A D O
1 comentarios:
Prevenir y educar es mejor que vigilar y castigar.
Prevenir y educar es mejor que vigilar y castigar, así lo demuestra esta tragedia humana en la que han fallecido 81 personas en la cárcel, percibo a lo menos los siguientes elementos de análisis.
1.- La delincuencia, es un problema social que se genera abundantemente cuando se dan una serie de condiciones y esto no mejora con reclusión, la que alcanza un crecimiento de un 7% anual. Prevenir es mejor que vigilar y castigar, no se puede entender seguridad con represión, como sinónimos, ya que la delincuencia se ha mantenido más o menos estable la última década, mientras los presos van en aumento.
2.- La justicia, la que se supone actúa en base a la razón, pero esto no necesariamente es así a juzgar por los hechos, más bien la razón se ocupa particularmente de instrumentalizar y dominar la naturaleza del hombre en una sociedad disciplinaria y represiva que termina con muchos desafortunados en las cárceles, especialmente si no tienen recursos para defenderse.
La reclusión, la represión se ha perfeccionado con la nueva justicia y se le ha utilizado eficientemente para lograr el dominio económico y político en periodo de campaña, en donde la revolución comunicacional impone la frase del día "Mano dura contra los delincuentes".
En vez de elaborar una política penitenciaria, en donde estén presente programas educativos, espacios para rehabilitación, programas de capacitación y empleo, acondicionamiento de las cárceles con espacios suficientes con módulos específicos según delito, aplicar la tecnología en seguridad etc. Ahora con la tragedia ocurrida con las 81 personas muertas calcinadas, sale a la luz la verdadera locura y la pérdida de razón, de no ocurrir esta muerte anunciada, hasta donde pretendian amontonar a las personas con el fin de sacarlas de la calle y esconderlas, olvidándose que existen y los guardias vigilan cosas, controlan cosas, por lo tanto la misma cantidad de Gendarmes explica la poca importancia del recluso, éste solo debe someterse y estar excluido de su condición humana, ya no existirán más las relaciones simétricas motivo por el cual los presos están solicitando vía motines, huelgas de hambre alguna consideración. Ahora si su propósito era producir la máxima crisis carcelaria para justificar el negocio de las cárceles concesionadas lo han logrado.
3.- La puerta giratoria nos indica que debe abrirse y cerrarse, si no cumple con este principio básico, sería una muralla o cualquier otra cosa, menos puerta, ahora bien si solo permite pasar, sería ingresar a un viaje con pasajes al más allá, como ha ocurrido en la cárcel de San Miguel y ha provocado una indignación nacional y más de alguno se habrá dado cuenta que le habían moldeado su conciencia y compartía la mano dura, más allá del debido proceso y de las condiciones que posteriormente viviría el recluso, ya que también lo visualizaba como una cosa que debía eliminarse.
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